Niebla [KaiLu]

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.Two Shot.

I.  Muerte. Sin Futuro.

 

La noche era tranquila, lo suficientemente tranquila como para que no hubiera ni una sola persona que se cruzará en su camino. La ciudad  costera de Gyeongju se caracterizaba por ese silencio, nada de bullicio de las grandes ciudades en esa costa. El chico que se deslizaba por la orilla de la carretera junto al mar, ni había logrado conciliar el sueño hace ya varias noches y no era algo muy de extrañarse, después de la muerte de sus padres se había encerrado, no había podido hacer nada y sólo había encontrado un poco de alivio al castigarse con la soledad. Había dejado de hablar, de interactuar con la gente y sus «amigos» había pasado a ser sólo personas con las que compartía recuerdos, clases y algunos gustos.

Su vida había sido buena hasta donde el recordaba, nada de más, nada de menos, sin embargo hace medio año como bien lo recordaba, la tragedia había marcado si vida, logrando convertirle en sólo un andrajo de la persona que era.

 

Su vida había cambiado radicalmente, mientras que ahora sólo podía pensar en el porqué de su desgracia. ¿Por qué tenía que vivir abandonado? ¿Por qué sí había sido su culpa era el único que se mantenía con vida? ¿Dios era así de cruel? ¿Por qué tenía que soportar  la soledad y la tristeza; la pobreza y el abandono de la gente?

 

Caminaba por el único rumbo que conocía desde hace ya varias noches, la madrugada parecía darle un poco de tranquilidad, aunque no podía llenar ese vacío oscuro dentro de su pecho, no podía mantener su culpa y odio así mismo dentro de la línea de lo aceptable. Podía llorar días enteros, podía desgarrar su garganta con los gritos ahogados de su agonía en soledad.

Sus tenis dejaron atrás el asfaltó, hundiéndose un poco en la arena,  dando pasos tambaleantes, sintiéndose igual o más vacío que cuando salió de su casa, esa pocilga en la que se había convertido lo que una vez pudo llamar hogar.

 

Podía ver sus pies moverse, pero no podía sentirlos hacerlo. Se hundió un poco en sus hombros, intentando reconfortarse en el cálido cuello de su chamarra, sin embargo ese calor  era algo que ya no podía sentir en su cuerpo.

 

El escuchar crujir la madera del muelle bajo sus suelas le hizo levantar la vista, haciendo que le viento meciera con más fuerza su cabello. Suspiro pesado, le dolía respirar, cada vez, cada día era más difícil levantarse de su cama en donde se había refugiado después del accidente, se sentía bajo el mar, aguantando la respiración mientras las demás personas respiraban a su alrededor. La emoción que alguna vez sintió por llegar a ser alguien se había venido abajo, se había vuelto una carga pesada en su espalda. Lo único que le llenaba era esa inmensa tristeza, esa desbordante desesperación por gritar, pero sentir tu voz sofocada por el aplastante apatía. No aguantaba más, si podía perder todo a su alrededor en un instante, ¿por qué no perderse a sí mismo también? Podría terminar con todo, no volver a levantarse para escuchar cosas que no llegaban a sus oídos, por recibir ese afecto que ya no necesitaba, que su alma ya no pedía, estaba manchado por la culpa, por la muerte y era algo que jamás podría cambiar, algo que no podría superar.

 

Su mirada se centró en la orilla del alto muelle, la cual no pudo ver, la niebla envolvía casi toda la madera y parte del mar. Ese muelle que estaba a dos metros de la helada agua, si alguien caía no podría volver a subir y con esa niebla el camino a casa estaría fuera de alcance. Se adentró en esa pared de humo blanco que le acaricio con suavidad junto al sonido tenue de las olas romperse contra la orilla de la playa,  ambas invitándole a caminar sin detenerse, mientras la brisa se colaba por sus castaños cabellos, logrando que se movieran de un lado a otro a su compás. Esa niebla era la que había disfrutado varias veces antes, aunque en esta ocasión le resultaba totalmente envolvente, le hacía mirase como se sentía, solo, vacío, herido, muerto; él estaba pedido.

 

Dio el último paso al vacío y su cuerpo cayo con un sonido seco dentro del mar. El agua en invierno y con esa caída libre se sentía como miles de agusanas perforando su piel, quemaba su cuerpo y se llevaba su aliento. Dejo que el peso de su cuerpo le hundiera, con los ojos cerrados y abrazado a su cuerpo, soltó la última reserva de aire que tenía, las burbujas llegaron a la superficie y se permito mirar hacia donde ya no podía llegar, todo estaba oscuro, pero una luz le cegó por un momento, dejándose aplastar por el líquido, sólo puedo decir sin palabras, formando con sus grueso labios:

 

— Estoy sólo…

 

Ese día sería recordado por algunos en Gyeongju, como el día en que Kim Jongin se suicidó…

 

 

 

~~~~

 

Despertó desorientado y con el «Pi- pi- pi»  de fondo en esa habitación blanca, parpadeo muchas veces, sobre esforzando a sus ojos a adaptarse  a la luz que entraba por la ventana y atravesaba las suaves cortinas de encaje recogidas. Fue sólo un momento en que su cuerpo y el dolor le recordó todo lo que había pasado, lo que había hecho y en lo que debió, pero no, haber terminado. Se removió en la cama, pero su fuerza se desvanecía con cada movimiento y el sonido de la máquina a su lado comenzó a hacerse cada vez más apresurado, necesitaba respuestas, y la principal era a la pregunta ¿Por qué estoy vivo?

 

Jongin intentaba por todos los medios levantarse, pero sus miembros estaban engarrotados, entumecidos y no podía hacer mucho por ello. Escucho el sonido fuera de la puerta de la habitación en la que estaba, las pisadas fuertes y los murmullos hacían eco en su cabeza, obligándole a cerrar los ojos con fuerza, a quejarse de manera audible cuando la puerta fue abierta con brusquedad.

 

— Revisen  signos vitales, niveles de oxigeno… niveles de… — Jongin podía escuchar todo, pero a la vez estaba ausente, una gemido se atoro en su garganta cuando las lágrimas comenzaron a  desbordarse por sus mejillas e instintivamente se llevo las manos a la cara, cubriendo su desdicha y vergüenza — Joven Kim ¿Está usted bien?

— ¿Por qué? — Apenas y susurro antes de alzar la voz con el llanto mezclado y dolor en cada palabra — ¿POR QUÉ ME SALVARON?

— Joven Kim tranquilícese, ha dormido por cinco días necesita recuperarse, necesita descansar y repo…

— ¡NO! ¡No, yo solo quería terminar con todo el dolor!  ¡Acabar con la soledad! — gritó con todo lo que pudo, pero aun así el sonido que produjo no fue el que esperaba. Se mordía los labios con impotencia, mientras se atragantaba con sus propias lágrimas.

— Joven Kim, no está solo, han venido sus amigos a verle y…

— No quiero… escucharlo — A pesar de que ese hombre, de que el doctor le dijera que había personas a su alrededor el no dejaba de sentirse solo, la culpa lo había asilado, la culpa le había marcado y ahora parecía que la culpa no le dejaría descansar.

 

 

Jongin caminaba de vuelta a su  casa, le había dejado ir del hospital ya que se había recuperado y él no quería permanecer más en ese cuarto. No había escuchado explicaciones, diagnósticos, cuidados ni nada que le ayudara, él no necesitaba ayuda, no quería que nadie le tomara en cuenta. Había dejado de ir a la escuela en el tiempo que había estado en el hospital, si sólo quería morir qué más daba, al menos eso era lo que pensaba mientras caminaba hacia su casa. Se tiró sobre su cama mal hecha y se hizo ovillo sobre ella. ¿Qué estaba mal en querer morir?

 

Pronto se dio cuenta de que había pasado la tarde y parte de la noche intentando responder a esa pregunta sin obtener respuesta ni haber pensando en nada. Se levanto, descuidándose al no llevar una chamarra o algo que le cubriera del frió; recorrió las calles y el mismo camino que le llevaba a ese lugar, a el muelle del que recordaba haber saltado. No sabía cómo había sobrevivido, pero tampoco quería saberlo. Al igual que hace una semana se adentro en aquella niebla, no sabía a ciencia cierta si intentaría volver a quitarse la vida, sólo quería no pensar en nada, no tener que encontrar solución a su situación.

 

 

— No lo hagas… — escuchó una voz suave y dulce a su espalda, Jongin se giro de manera brusca, cerca de él había una banca en donde se encontraba sentada una persona, regreso su vista al frente y se dio cuenta de que había estado a solo un paso de volver a caer. Miro al cielo y la noche era igual a ese día, no podía imaginar a nadie a esas horas en el lugar en el que se encontraba.  — No lo hagas por favor…

— No iba a hacer nada — fue lo que se apresuro a contestar el moreno, la voz del chico le había parecido tan angustiada que no dudo en decir algo para tranquilizarle.

— Ven… siéntate conmigo. Mira la noche pasar y la niebla dispersarse frente a ti — susurro el chico, Jongin le miró de manera detenida al sentarse junto a él.

 

 

Con la mirada inmersa en la noche pudo observar su piel blanca, un poco más de lo que normalmente estaba acostumbrado a ver en alguien. Su perfil era por poco decir hermoso, el fino contorno de sus pómulos, sus labios pronunciados, sus pestañas largas, su nariz pequeña y bonita, su piel que a la vista Jongin podía presumir demasiado suave. La mirada del chico se encontró con la suya, sacándole un poco de su inspección, no sabía cómo reaccionar ante tal belleza, sin embargo, sus ojos; esos ojos  no correspondían a él. Le veía, pero su mirada estaba vacía, carecía de cualquier luz. Era como si miraras por la ventana de una casa vacía, desolado y frío, definitivamente esa mirada no era de él.

 

 

— ¿Qué estás haciendo aquí? — cuestiono al chico desconocido, Jongin no habia hablado ni iniciado una conversación con alguien en mucho tiempo.

— La niebla… Me gusta, comenzó a llamar mucho mi atención — el chico sonrió, hacia él. Tenía una sonrisa preciosa, que por un momento supo que conocía, pero al regresar a sus ojos era como chocar contra una pared, no lo recordaba.

— A mi también, me gusta la sensación que me da… ¿Cuál es tu nombre?  — cambio el tema, no era algo muy fácil a tratar para él después de lo que había sucedido con la niebla hace sólo unos días.

— No puedo decírtelo… — la mirada tanto como su cabeza se agacharon, Jongin sintió una punzada en el pecho, como si hacer que el chico se sintiera mal fuera un error que debía enmendar. — Yo…

— ¡No!  Está bien si no quieres decírmelo, fue algo…

— No se trata de que no quiera, de hecho si quiero, pero no lo recuerdo — le interrumpió y dijo de manera presurosa el chico. Le miro más adecuadamente, no solo su rostro. Vestía ropa cómoda, un pantalón de mezclilla, una chamarra abrigadora junto a una bufanda y su cabello rubio a la vista, revuelto y llamativo.

— ¿Por qué?

— No lo sé, no sé…

— No importa, mi nombre es Jongin — sonrió ocasionando que el chico sin nombre lo hiciera de igual forma. Se movió sobre la banca acercándose un poco más, haciendo que el espacio entre Jongin y él fuera inexistente.

— Ya lo sabía…

— ¿Cómo lo…?

— ¡Mira! La niebla se dispersa — El chico señalo hacia enfrente y la mirada de Jongin le siguió, olvidándose de su pregunta. Recordaba que siempre caminaba como una hora antes del amanecer, para poder ver como la niebla se iba y dejaba que el sol envolviera todo poco a poco, antes de irse e ir a clases — Se te hará tarde…

Se paró de manera presurosa, dando unos pasos de regreso a la orilla, pero recordó que ya no necesitaba ir a la escuela, en ese poco tiempo había olvidado un poco de su tristeza — Ya no tengo que ir a…

— Sí, si tienes. Anda, te veré mañana igual.

— ¿Estas segu…ro? — Jongin volteo a verlo, pero el chico ya no estaba. Aun con la incertidumbre de si volvería a verle camino por el muelle y así de regreso hasta su casa.

 

 

Se baño y cambio para ir a la escuela, no sabía que ganaba si justo en ese momento todo por lo que había pasado volvía a estar presente en su cabeza.  Agarro su mochila y arreglo un poco su cabello, tomando una chamarra del perchero y de junto sus llaves. Camino despacio con lo que aún le quedaba de fuerzas, lo único que le movía en ese momento eran las palabras del chico «Si, si tienes.  Anda, te veré mañana igual.». Al parecer era suficiente para poderlo hacer andar y estar de pie en ese momento.

 

Al cruzar la gran verja de la escuela, las miradas recayeron sobre él, haciéndole recordar un poco de lo que había vivido hace un par de meses >>«Dicen que fue su culpa…» «¿Cómo puede estar vivo después de lo que hizo?»  «Yo me sudaría«>> y tal como lo habían dicho, Jongin lo habia intentado sin tener mucho éxito, pero esta vez se hizo de oídos sordos y continuo caminando hasta el salón al que le tocaba entrar en esa hora. La hora paso tranquila entre las preguntas discretas de su profesor por su condición a lo que él sólo atinaba a contestar cortos «Estoy bien» «Me pondré al corriente» 

 

Salió al receso, yéndose hasta la parte del patio que estaba vacía; se tendió en el césped,  no tenía hambre por lo que sólo mataría el tiempo mirando al cielo e intentando no quedarse dormido, pero era algo que no pudo evitar, trayéndole malos recuerdos de nuevo…

 

 

******* 2 meses antes…

 

Jongin era un chico al cual no le hacía falta nada, aunque tampoco le sobrara nada. Tenía una modesta casa a las orillas de la cuidad de Gyeongju en dónde vivía con sus padres. El invierno era crudo obligándolo a envolverse en cobijas, suéteres y chamaras enormes, esas que a pesar de lo estorbosas que podían ser, le gustaban, sin duda el invierno era su estación favorita, prefería colgarse cada trapo de su casa.

 

Todo había ocurrido muy rápido, un día de invierno le amenazaba, pero él no estaba consciente de eso. Camino despacio y con parsimoniosa tranquilidad hasta la escuela, mirando por un momento al mar, el cual ya a esas horas se tornaba agitado y el viento algo turbio. Acomodo el cuello de su chamarra para seguir caminando un poco más aprisa, mientras que no era consciente que ese invierno que tanto que le gustaba iba a quitarle parte de su vida con ese frio que lo caracterizaba.

 

Para cuando sus clases terminaron la nevada era algo densa, se despidió de su amigo Sehun y este le mando felicitaciones a su madre, que aunque el día fuera malo, él no dejo que eso le diera intranquilidad, ese día era especial, el cumpleaños de su madre una ama de casa normal, aunque ella no quería nada, Jongin y su padre, un arquitecto reconocido, habían preparado algo único llevándola a uno de sus restaurantes favoritos. Estaba feliz, sólo tenía que llegar a casa, esperar a su padre y arrastrar a su madre al auto para su gran sorpresa.

 

Camino a lo largo de la carretera que ahora tenía varios surcos blancos, de vez en cuando desviando su mirada hacia la orilla de la playa, mirando la espuma de las olas que se mezclaba con la nieve. Su mirada se concentro en un cuerpo, una persona que se mantenía en donde el agua no podía alcanzarle, era de locos entrar o siquiera dejar que el agua te tocara en invierno y aun más sobre una nevada, la persona llamo su atención, el viento al igual que con él movía su cabello que bajo el gorro blanco que llevaba se alcanzaba a notar dorado, su corazón se detuvo por un segundo cuando la persona le miró directamente al mismo tiempo que alcanza la altura de donde estaba parado. Esa persona traía todo lo que podía para cubrirse del invierno cruel, junto a un cubre bocas que sólo le dejo ver su mirada, unos ojos; sus ojos que le dejaron sin respiración, unos orbes claros y dulces como la miel, el ritmo cardíaco de Jongin comenzó a acelerarse aunque no supo porque. Esos escasos diez segundo en los cuales había visto a esa persona, alcanzado el punto de conexión y sentir ese hormigueo en su cuerpo por esos ojos, sólo los dejo pasar.

 

— ¿Disculpa? — el sonido de la voz sonó un tanto distorsionada, por el sonido de las olas, el viento y su cubre bocas, pero eso no evito que Jongin se le removiera algo dentro.

— ¿Sí?

— Me podrías decir ¿cómo llegar a esta dirección? — el chico le mostró un pedazo de papel, reconocía la calle y el lugar a donde iba, era la casa de su mejor amigo Sehun, en ese momento no le importo la conexión entre ambos chicos, es más ni siquiera le paso por la mente que tuvieran algún parentesco, el tal vez tenía el numero de la casa mal. Le dio las indicaciones y Jongin devolvió su mirada hacia el camino encontrándose con que aun en su mente seguía esa mirada.

 

 

Al llegar a su casa sólo se dio a la tarea de cambiar su ropa, su padre ya estaba en casa y su madre estaba preparándose, en cuanto a lo que respectaba a todos sólo era una salida de familia  algún lugar.

La familia Kim subió al auto, Jongin subió al auto del lado del conductor, quería darle a sus padres una buena impresión, aunque ellos habían dicho que sería peligroso el insistió, él quería que todo en ese día fuera especial, su padre subió a su lado y su madre en el asiento de atrás. Abrocho su cinturón de seguridad y coloco su Ipod en el estéreo del auto, acomodándose sobre el  asiento.

El interior del auto se vio envuelto por la melodía nostálgica del piano » Broken Hearts de Michael Ortega», a él siempre le había gustado el piano al igual que a su madre, pero a causa de sus escasos recursos no podía darse el lujo de clases del instrumento, no se dio cuenta cuando su mirada paso buscando por la orilla de la playa «algo», algo que no supo que era, pero que lo relacionaba con cierta persona que no conocía ni había visto claramente.

 

Su vista se perdió cuando comenzó a cruzar las curvas hacia la cuidad en donde se encontraba el regalo de su bella madre, sabía que era muy peligroso divagar cuando conducía, pero no podía evitarlo, esos ojos seguían en su mente, imaginándose como sería el resto de su rostro. Mientras el sonido en el interior seguía, más abstraído de la realidad iba. Entre miró a su madre hablar algo con su papá por el retrovisor, mientras ella desabrochaba su cinturón para poder alcanzar algo en el asiento del copiloto a lado de Jongin, él sólo la miro y enseguida que sus ojos volvieron a cerrarse, para parpadear paso todo. Una mala curva, un mal giró, una pisada al freno que le hizo perder el control.

 

Jongin pudo sentir un fuerte golpe que le hizo ahogarse un poco con el cinturón que se apretó con fuerza a su cuello, sus ojos se abrieron enormes por la impresión al ver como todo le daba vueltas, sin embargo no sólo su mente estaba girando, el auto en sí era el que giraba con fuerza. Él trataba de enfocar algo mientras sentía el dolor ir por todo su cuerpo al ser sacudido con mucha más fuerza de la podía soportar. Gimió dolorosamente  y más audible cuando el auto por fin se detuvo, trato de centrar su mirada, pero solo podía ver nieve y arboles a su alrededor, al parecer había caído cuesta abajo en una de las curvas, o al menos eso era lo que el más joven de la familia Kim pensaba.

 

Todo su cuerpo tembló y sus ojos se aguaron, intento quitar el cinturón enredado en su cuerpo hasta que logro zafarse de él, la puerta de su lado había quedado olvidada en algún punto mientras rodaban por la pendiente, salió a pasos tambaleantes; con la boca seca y tragando pesado, sus piernas flaquearon y por fin las lagrimas escurrieron por sus mejillas, frente a él  envuelta en nieve y sangre estaba su madre… Kim SunHee.

 

— ¡¡¡MAMÁ!!! — Fue el único sonido que salió de su boca ahogado con agua salina de sus ojos, corrió hasta su madre, sin importarle el daño que había recibido, pero no pudo reconocerla, no después de todo el daño que había recibido al salir del auto por no tener su cinturón de seguridad, sentía que todo se le venía encima, quería comprobar el pulso de la mujer más importante de su vida pero tenía miedo, estaba aterrado…

— Jong…in — el susurro cortado por la caída de la nieve lo volvió a un poco de la realidad, su papá. Corrió de nueva cuenta al carro que estaba estampado de frente a un árbol, doblado desde las luces de la defensa hasta el techo del auto, el cuerpo de su padre estaba por la mitad inferior atrapado en el auto.

— Papá… Háblame, papá…

— Sun…Hee…

 

Jongin cerró con fuerza los ojos liberando cada vez más de sus lagrimas, busco en su chamarra su celular, pero lamentablemente estaba hecho pedazos, necesitaba ayuda, estaba quedándose solo, estaba perdiendo cada parte importante de su vida de un tajo, sin explicación ni causa aparente, en un día especial en su estación del año favorita. Todo era su culpa, por haberse distraído.

 

—¡¡AYUDA!! ¡¡AUXILIO, POR FAVOR!! Por… favor — se dejo caer sobre la nieve, se sentía tan impotente, no sabía qué hacer y tampoco podía hacer nada. Entre el llanto y el dolor que atravesaba su cuerpo y alma cayó inconsciente, pidiendo misericordia y que dios fuera tan benevolente en llevárselo junto a sus padres…

 

 

Despertó en una cama de hospital, desorientado y con un dolor que no supo a que dar merito, era horrible.

 

— Joven Kim ¿Cómo se siente? — escucho la voz de alguien, al mismo tiempo que el eco de la misma martillar dentro de su cráneo 

— Mis… padres…

— Necesita descansar, lo importante es que usted está bien.

 

Con los medicamentos y el tratamiento paso cerca de una semana inconsciente, parte de él sabía que era porque no quería regresar a la realidad. Cuando volvió a despertar el doctor le había platicado todo junto al jefe de la policía que había llevado el caso de su familia. Le leyó el gran informe sobre el «percance».

–          El auto de la familia Kim se desbarranco en una de las cuervas de la carretera, al ser tomada de manera indebida por el conductor, por causas indefinidas del accidente, ya que el hielo en la carretera era muy peligroso no podía saber a ciencia cierta de quien era la culpa. El accidente cobró la vida de Kim SunHee, la madre y esposa de la familia; al Señor Kim MyunKi le había costado su brazo derecha, la inmovilidad total de la mitad de su cuerpo, con fracturas múltiples y la mitad del cráneo roto, su estado actual era crítico, había entrado en coma y poco después perdiendo la vida. Lo que deja al hijo, Kim Jongin como sobreviviente del accidente.-  

 

Cuando regreso a la  realidad, a la vida que llevaba fue víctima de falsas acusaciones, de abandonos, rumores y acechamientos, la mayoría al no haber un reporte completo del accidente lo acusaban de haber ocasionado el accidente que había matado a sus padres…

 

******

 

Se levantó  aterrado y de nuevo llorando  ¿Por qué no podía simplemente borrar todo?  ¿Por qué no le habían dejado morir?, sus hipidos y sus lagrimas fueron interrumpidos al sentirse envuelto en unos brazos, un ente de negro y cabello castaño. Era él, a quien había abandonado, pero estaba de nuevo ahí…

 

— ¡Jongin! ¡Jamás vuelvas a intentarlo, maldito idiota! ¡Se lo debes! No quiero perder a nadie más…

— Sehun…

 

_________________________________________________

Bien… esa fue la primera parte, la segunda espero poder subirla, mis manos han estado algo rebeldes…

Espero les haya gustado…

Gracias por leer. Muak<3

 

12 comentarios en “Niebla [KaiLu]

  1. waaaaaaa!!! No sé que decirte!! TT___TT Pero siento que hasta Luhan esta muerto… aunq tengo algo de dudas con respecto al final. ¿Por qué Sehun dice: «Se lo debes» «No quiero perder a nadie más…»? Presiento que es Luhan waaa ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué nos haces esto?!
    La historia de Kai, es my tristeeeee, le echan la culpa de todo. Pobre 😦

    Solo seré paciente y esperaré la conti.
    Besos y nos leemos pronto 🙂

    1. Jajaja. Bueno es bastante predecible, pero no hasta que se demuestre lo contrario. Sehun es un buen chico que sufre por ambos.
      Kai sufre pobre, no sé porque lo hago sufrir si me encanta.
      Ya casi la subo, problemitas de nada… Jajaja
      Gracias por leer, Bellisima. Muak<3

    1. D: Bueno yo también habría llorado ;;
      Aún no se me es autorizado por mi decir ese tipo de información… ¡No es cierto! Pero si lo digo no sería igua.
      Muchas gracias y Gracias por leer. Muak<3

  2. Wooow me has dejado sin palabras… solo espero que en verdad Luhan no esté muerto y el final es desconcertante… porque Sehun gritó «se lo debes»… ahahaha espero la segunda parte y espero que mi negro no siga sufirendo, él no tuvo la culpa 😥

  3. Ady!!!
    Te quedo genial y triste…

    Me hiciste llorar Y^Y
    Pobre Kai, lo culparon de todo
    Fue una accidente u_u

    Por favor, dime que Lu no esta muerto… Plissss no rompas mi corazon de pollo.
    Espero con ansias el sgte besososo ♥

    1. ¡¡Oh!! No llores Dongsaeng…
      Kai es un amor, lo amo, pero tengo algo contra él T___T
      Yo… no sé °x° <– Mi boca esta sellada…
      Gracias por leer, dongsaeng. Muak<3

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